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Comen flores los domingos, estas niñas, estas niñas mías que me observan. Juegan en la ribera, ríen, devoran con sus dientes los tallos que se quiebran. Sorben la savia de los árboles, crecen, crecen ramas en su cuerpo que se enredan, que acarician brevemente mi frente descubierta. Son ahora la espesura de los bosques, estas niñas, la sombra que se proyecta sobre los hombres de las estepas. 

(...)

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6 comentarios:

Juan A. dijo...

Delicado como las "Metamorfosis" de Ovidio.

Anónimo dijo...

Esta señorita escribe muy bello, pero, y con todos mis respetos, no compare usted.

Almudena Vega dijo...

Hacía mucho que no escribía. Hoy escribo. Hoy es cruel, los demás dás eran solo rasguños. Todo mi cariño!!

Nikaperucita dijo...

:)

Y aquí sigues. cambiada (mucho) pero sigues :)

Dara dijo...

Sigo

:)

Anónimo dijo...

No compares esta mierda con Ovidio, por favor, inculto.