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Comen flores los domingos, estas niñas, estas niñas mías que me observan. Juegan en la ribera, ríen, devoran con sus dientes los tallos que se quiebran. Sorben la savia de los árboles, crecen, crecen ramas en su cuerpo que se enredan, que acarician brevemente mi frente descubierta. Son ahora la espesura de los bosques, estas niñas, la sombra que se proyecta sobre los hombres de las estepas.
Comen flores los domingos, estas niñas, estas niñas mías que me observan. Juegan en la ribera, ríen, devoran con sus dientes los tallos que se quiebran. Sorben la savia de los árboles, crecen, crecen ramas en su cuerpo que se enredan, que acarician brevemente mi frente descubierta. Son ahora la espesura de los bosques, estas niñas, la sombra que se proyecta sobre los hombres de las estepas.
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6 comentarios:
Delicado como las "Metamorfosis" de Ovidio.
Esta señorita escribe muy bello, pero, y con todos mis respetos, no compare usted.
Hacía mucho que no escribía. Hoy escribo. Hoy es cruel, los demás dás eran solo rasguños. Todo mi cariño!!
:)
Y aquí sigues. cambiada (mucho) pero sigues :)
Sigo
:)
No compares esta mierda con Ovidio, por favor, inculto.
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