Y no sé, te digo, toda esta suciedad, toda esta suciedad entre las manos, aquí en las calles, en este lugar enloquecido que es la ciudad en el verano, con el calor y la deshonra, y el sudor de tu cuerpo que sabe a flores y certezas. Y no sé, qué será de lo que somos, porque qué voy a saber si solo soy un loco, si solo soy un niño, el hijo de la pobreza de otro tiempo.

Tus ojos se abren y me miran.

Huelo el miedo, allá en el fondo, allá en tus pupilas dilatadas. Abres la boca y de tu lengua nacen los gusanos, el eco de una voz que fue una vez como un colchón de plumas. Pero no dices nada, y yo intuyo, como tantas otras veces, la vibración de tu cuerpo, el temblor tras la piel humedecida, la gana de correr y no mirar atrás, no mirar para no sentir, para no quedarse. Porque quedarse es fácil, pero de una crueldad insoportable. Porque quedarse es la muerte y tú no, tú no quieres morirte, no aquí al menos, no ahora, no cuando sudas y lloras y los días son tan largos.

5 comentarios:

EMILIANO dijo...

"...con el calor y la deshonra, y el sudor de tu cuerpo que sabe a flores y certezas."

linda imagen.

http://www.youtube.com/watch?v=ELDZxdAfVNY

P. dijo...

De sudores dulces siempre vale la pena escribir.

Miss Frenesí dijo...

"Porque quedarse es fácil y cobarde, y sin embargo atroz"
A veces es más fácil irse y huir que quedarse y afrontar la realidad, los días que bailan a tu alrededor y esa noche que engulle.
Un beso enorme bonita :)

Anónimo dijo...

Parece más sencillo huir que soportar los días largos.
Impresionante.

Layla dijo...

me ha gustado un montón, sobre todo el primer párrafo