Los niños comen pan. Pan blanco entre las manos, entre los dientes,
sobre la lengua roja como la pulpa de la fruta madura. Los niños lloran
pan. Ahí la lagrimita, ahí el llanto que llena la tripa, que revuelve la
gana, que sacia y calma el dolor de la vida. Lloran y extienden la
manita, y piden más, y tú les dices no, no queda pan caliente, no queda
más que lo duro, más que la costra, más que la sangre seca que sabe a
hierro sobre tu lengua. Sobre la pulpa, sobre la fruta podrida que fue
un día carne fresca, que fue un día todos esos niños. Tú dices no y yo
digo no, y ellos lloran y se guardan las manitas para el próximo que
vendrá, para aquel cuyos ojos de plástico crean ver ternura donde solo
hay muerte. Donde solo hay muerte.
Los niños comen pan, dice Coco. Y yo lloro y clavo
esta aguja mía, esta aguja nuestra que es la muerte a cuentagotas,
mientras la lluvia lava los cristales y la calle, la ruina y el desastre del día que termina.
9 comentarios:
Es sobrecogedor... Te dan ganas de salvar a todos esos niños... >.<
Un saludo!
tembló al hacerlo. tiemblo al leerte.
Zumo de poesía triste para desayunar.
Pero lo más triste es que no parece lo suficientemente lejano ni lo suficientemente ajeno para que no de escalofríos, pese a la belleza, pese a la calidez.
La lluvia a veces es fatal. Hasta que limpia al mundo de bandidos.
Mua
tu dices no pero yo aun te digo que vuelvas..
Cada vez lo haces mejor, Dara Scully, te sigo con mucho interés y cariño :)
Me llora todo el cuerpo.
Dara, Dara, Dara....pero que bonita eres :)
Besazos enormes
qué crudo y bello
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