Beben vino los muchachos. Al otro lado de la calle, allá donde no podemos alcanzarlos. Beben y ríen y comparten lenguas y sudores, y algo en el ambiente oprime sus gargantas, algo que termina en llanto cuando despunta la mañana. Pero nadie lo sabe, nadie sabe lo que está por llegar, y beben y ríen y se aman como solo hacen los muchachos cuando son jóvenes y no tienen nada que perder.

Tú estás allí, con ellos. Desnuda, menuda, todo hueso y piel. Tienes una marca en la rodilla, flores en el pecho y el pelo largo y oscuro. Tienes el planeta entre las manos y, sin embargo, no sonríes. Porque no sabes, porque no quieres, porque el diente picado hiere cuando el aire roza sus contornos. Y bebes, y ríes, y tu sudor sabe ácido cuando se mezcla con el suyo, cuando los otros te sacan el vestido y las medias y dicen, mira, mira, el vello de punta, rojo como este vino que bebemos. Pero es mentira. Una mentira podrida, que huele y cala, que contagia y se acomoda en el estómago como un peso muerto. Es mentira, como tantas otras cosas que solo sabremos cuando pase el tiempo.


-Sabes, Bird. En realidad nunca me gustaron. Todos aquellos muchachos, las chicas y sus faldas, el vino caliente. Nunca me gustó nada de aquello. Pero no lo sabía. No sabía que no me gustaba hasta que tú apareciste, tú, pájaro, y me descubriste un mundo completamente nuevo.

7 comentarios:

Juan A. dijo...

Duele de bonito, sabes?

Alba Rubio dijo...

No tengo palabras para expresar lo que me ha transmitido este texto...

Su Xiaoxiao dijo...

Es muy intenso. Además justo ahora me estoy leyendo una novela de Kenzaburo Oé, llamada Una cuestión personal, y el protagonista igual se llama Bird, fue una coincidencia curiosa :)

Agnes M dijo...

Que real, que intento, ufff...
Y me recuerda a una persona... que no sabia lo que hacía hasta que apareció su ángel de la guarda.
MUACK

Juan Camilo dijo...

Se necesita haber escrito mucho, tirado muchos borradores a la basura para que un pájaro así pueda pintar a una nena con el planeta en las manos. Al final siempre es mejor mover las alas y que sea el vuelo quien diga a quien seducir.

Almudena Vega dijo...

Los muchachos deben ser algo que yo no he entendido. las flores descarnadas en los labios.

nerear47 dijo...

Un mundo completamente nuevo y diferente, claro. Me ha encantado, en serio! Un besazo enorme :)